La mujer ha constituido siempre una parte determinante que sustenta el tejido social en todas las culturas, un elemento ineludible de la mayor parte de los parámetros y referencias en el ámbito social. Sin embargo, su protagonismo no ha sido argumento suficiente para provocar a lo largo de la historia un reconocimiento explícito con respecto al hombre, en la igualdad de derechos, de representatividad dentro de las instituciones o, simplemente, de reconocimiento social. La antropología clásica no ha sido una excepción a la hora de minsvalorar, en líneas generales, la importancia de la mujer en las distintas culturas.
El abogado, antropólogo y etnólogo Lewis H. Morgan, hizo muchos aportes sobre el estudio de la familia, y sustentó que las causas de la situación de la mujer fue el matrimonio monógamo patriarcal. Morgan propuso las diferentes etapas de evolución de la sociedad, el sistema de clasificación de parentesco, una distinción analítica entre familia y casa y una teoría antropológica más amplia que sirvieron de sustento a los trabajos hechos por Marx y Engels, quien apuntó que la sumisión del sexo femenino fue producto de la aparición de clases y la propiedad privada.
Margaret Mead, una de las antropólogas más relevantes, desarrolló su teoría sobre las relaciones entre hombres y mujeres, haciendo importantes aportes que sirvieron de análisis a la teoría feminista. Gran parte de su investigación denunció la injusticia que sufren las mujeres en las sociedades occidentales. Además, pudo demostrar que lo adjudicado a la mujer como «natural» era en realidad una serie de construcciones culturales. Además de Mead, han existido y existen muchas mujeres antropólogas cuyo trabajo ha sido generalmente infravalorado, como Ruth Benedict, Alice Cunningham, Mary Douglas, Zelia Nutall y Eleanor Leacock, entre otras, siendo ‘Antropología y feminismo’ de Henrietta L. Moore la gran obra inicial de la rama feminista.
Sobre 1970 surgió la rama de la antropología feminista, crítica con la vertiente clásica, que propone nuevos temas de estudio y se pregunta por qué la opresión de las mujeres es global. Sandra Morgen, Marta Lamas, Luise Lamphere y Britt-Marie Thurén son algunas exponentes. Actualmente se encuentra activa la Colectiva de Antropólogas Feministas (CAF), una asociación argentina de mujeres que plantea una reflexión antropológica y feminista sobre temas de género y sexualidad en ámbitos académicos y mediante activismo y gestión.
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